Durante las épocas más frías del año, suele ser habitual tener que ajustar los parámetros de nuestro cultivo interior para adaptarlo a las temperaturas más bajas del aire. La marihuana es una panta que varía mucho su crecimiento y floración en función de la temperatura. Existen variedades más adaptadas climas calurosos, variedades más óptimas para zonas frías o incluso algunas variedades para altitudes elevadas. En general podemos definir que temperaturas por debajo de los 18ºC pueden ralentizar considerablemente la evolución de las plantas.

Lo primero que debemos saber de nuestra habitación o armario de cultivo son las temperaturas máxima y mínima. Esto se consigue fácilmente situando un termohigrómetro en la sala y dejando que transcurran 24h. Estos aparatos son capaces de medir temperatura y humedad (guardando un regístro del valor máximo y mínimo durante un intérvalo). La mejor temperatura media para el cultivo de cannabis se establece en 24ºC siendo 30ºC un valor alto y 18ºC un valor bajo. Si el valor máximo de temperatura es 18ºC, o inferior, deberíamos actuar para solucionarlo.

Soluciones para incrementar la temperatura del cultivo en invierno

Durante los meses de invierno, cuando las temperaturas del aire son considerablemente más bajas, el aire que entra a los cultivos de interior suele estar "helado", con una temperatura muy por debajo de lo requerido. A este caudal frío que entra, no le dará tiempo a calentarse (ya que será extraído por las máqunas de extracción de aire).

Las necesidades de las plantas obligan al cultivador a no poder apagar por completo la circulación de aire (para impedir fugas de aire sin filtrar al mismo tiempo que aseguran aire fresco para el trabajo de las plantas.

Ante un problema de bajas temperaturas podemos actuar de tres formas:

temporizador cultivo marihuana

Temporizando el funcionamiento de los extractores: Regulando manualmente los periodos de encendido y apagado con un temporizador.

Control Humedad

Potenciando la entrada y salida de aire con un regulador: Existen múltiples tipos de reguladores en el mercado que permiten modificar la potencia de funcionamiento. Algunos funcionan con regulador simple (fijo), otros más completos utilizan sondas de temperatura y reguladores para funcionar como lo haría un controlador de clima.

Calefactor de ceramica

Utilizar calefactores, o bombas de calor, para calentar las salas de cultivo: Las calefactores son una herramienta indispensable para cultivadores en zonas frías. Existen algunos más eficientes que otros (los más eficientes son los calefactores cerámicos). Los calefactores, en general, disponen de sonda de temperatura incorporada para ofrecer mayor autonomía al aparato (se enciende y se para solo, en función de la temperatura pre-establecida).

A favor / En contra

Temporizar los extractores: Es una solución temporal, poco profesional, que está muy limitada al constante cambio de las condiciones meterológicas. El cultivador puede llegar a ser un esclavo del cultivo, siendo muy difícil conseguir la temperatura perfecta.

  • A favor: Simpleza y economía.
  • En contra: Fluctuaciones muy elevadas de temperatura de encedido a apagado. Es muy difícil saber en qué momento se producen los máximos y mínimos si no estamos en el indoor durante 24h seguidas. Problemas de fugas de olor por acumulación en la sala.

Controlar la entrada, y salida, de aire de la sala: Suele ser una solución económica para automatizar el sistema de ventilación.

  • A favor: Si optamos por un potenciómetro equipado con sonda de temperatura el cultivador dispondrá de un márgen de maniobra mucho más amplio. Existen modelos analógicos con sonda de temperatura y modelos más completos capaces de gestionar el control del clima de una sala.
  • En contra: Si optamos por los potenciadores más simples, sólo podremos reducir la potencia de funcionamiento (algo bastante precario pues si las temperaturas subieran, los extractores seguirían funcionando al mismo régimen propiciando temperaturas elevadas en el interior. Si el aire que entra es muy frío puede ser insuficiente

Utilizar calefactores y bombas de calor: Es la solución más profesional. Las bombas de calor y calefactores suelen estar equipadas con sonda de temperatura propia que les permite funcionar con autonomía del resto de componentes.

  • A favor (calefactores): Los calefactores son una opción económica (por precio de adquisición) para solucionar pequeños problemas de temperatura en habitaciones o salas de tamaño medio. Existen calefactores cerámicos que se autogestionan para hacer un uso de la energía más eficiente. Suelen tener potencias entre 1000w y 2000w y sonda de temperatura. En muchos modelos se pueden temporizar si sabemos las horas en las que será probable su uso.
  • A favor (bombas de calor): Las bombas de calor suelen ser equipos más potentes y más eficientes que los calefactores cerámicos. Una buena bomba de calor es capaz de calentar espacios medios/grandes con una rapidez y facilidad asombrosa. Suelen disponer de sonda de temperatura (que permite autonomía) y permiten un uso más intensivo. Fácilmente programables para mantener una temperatura media estable.
  • En contra: Tanto calefactores cerámicos como bombas de calor son un gasto energético extra a sumar a la factura eléctrica. En función de las horas de funcionamiente, del aparato por día, puede llegar a incrementar considerablemente el recibo. Es difícil justificar su uso para una lámpara de 400-600 watios (el consumo puede llegar a multiplicarse por 5, utilizando calefactores de 2000w).

Conclusión

La mejor forma de mantener una temperatura media constante, siendo eficientes en el gasto energético y sin sufrir problemas de olores, es utilizar controladores de clima digital que regulen:

Controlador digital de temperatura

  • Horas de funcionamiento y régimen de funcionamiento de las máquinas de extracción (e intracción) de aire
  • Encendido/apagado de generadores de calor en caso de necesidad.