Los extractos o aceite de cannabis son productos medicinales cada vez más populares entre los partidarios de las plantas medicinales y las terapias naturales no agresivas. Estos aceites se producen a partir de los cogollos de marihuana, de los cuales se extraen en forma concentrada los cannabinoides y los terpenos, principios activos del cannabis con elevadas propiedades medicinales.
La mala noticia es que en España, la comercialización legal de productos con cannabinoides y los derivados del cannabis se encuentran bajo un marco de indefinición legal. Como siempre, el hecho de que la marihuana sea una substancia ilegal no hace más que dificultar el conocimiento detallado y científico de sus usos terapéuticos y sus efectos en nuestro organismo. La buena, es que los métodos de preparación de aceites de cannabis son relativamente sencillos y no debería resultarnos difícil elaborarlos en casa y así disfrutar de las ventajas de preparar nuestro propio aceite de cannabis.
Ventajas de preparar tu propio aceite de cannabis
Control de calidad. Producir tu propio aceite te permite conocer de primera mano la calidad de la marihuana de la que procede. Puedes usar tus propias plantas o acudir a un dispensario o distribuidor de confianza. Lo importante es asegurarse, siempre, de que se trata de marihuana orgánica. Estos extractos son altamente concentrados y cualquier químico, aditivo o pesticida podría ser perjudicial para el organismo.
Variedades de marihuana específicas. Existe una amplia gamma de marihuanas medicinales. Lo más interesante suele ser encontrar variedades ricas en CBD, ya que este es el cannabinoide con más propiedades antitumorales, analgésicas y antiinflamatorias. De todas formas, la mayor ventaja de elaborar tu propio aceite es encontrar la variedad que más se adecue a tu a caso. Empieza por identificar los síntomas que quieras aliviar e infórmate sobre distintas variedades de uso médico, proporciones de cannabinoides, flavonoides y terpenos.
Uso oral o tópico. Estos extractos de cannabis se administran por vía oral o tópica, las cuales pueden ser una buena alternativa al porro convencional, ya que se evitan los daños colaterales propios del consumo por inhalación fumada en cigarrillo. Además, facilitan el control de la dosis, y el uso tópico no produce efectos psicoactivos.
Ingredientes. Podemos encontrar productos comercializados relativamente parecidos al aceite de cannabis. Algunos de estos productos pueden contener ingredientes añadidos naturalmente no presentes en un extracto puro de cannabis, como podría ser el azúcar (contraindicado en muchos casos). Elaborando tu propio aceite evitas cualquier ingrediente extra.
Preparación de aceites de cannabis
El primer paso para cualquier tipo de extracto es preparar la hierba. Utiliza cogollos secos y pícalos bien. Recuerda que el material verde que escojas determinará la calidad de tu producto. Informate bien y elige una variedad de marihuana medicinal acorde a las dolencias que quieras tratar, y no olvides que es imprescindible emplear marihuana orgánica, cualquier añadido puede ser peligroso en formas tan concentradas.
Los cannabinoides son liposolubles, esto significa que se disuelven en grasas, por lo que alcoholes, lácteos, aceites y grasas en general serán básicos para nuestro propósito. Teniendo esto en cuenta, existen varios métodos con los que elaborar aceite de cannabis de forma casera:
Extractos de cannabis con base de aceite
Para esta elaboración es importante recurrir a un aceite vegetal de calidad, como pueden ser el aceite de oliva y el aceite de coco. Nosotros optamos por un buen aceite de oliva virgen extra, que también tiene numerosos beneficios para la piel y el organismo. Hay dos métodos interesantes para los extractos en base de aceite:
Método rápido y en caliente: Pon la marihuana en un bol y sumérgela en aceite. Calcula que necesitarás unos 10g de hierba por cada 100ml de aceite.
Cocínalo al baño maría durante 90 min. Con un termómetro controla que la temperatura del aceite nunca exceda de los 100°C. Pasado ese tiempo pasa la mezcla a un recipiente apto para fuego y caliéntala a fuego bajo durante 30 minutos a una temperatura de 120°C. El control de la temperatura asegurará un correcto proceso de descarboxilación*.
Una vez la mezcla esté fría, cuélala y fíltrala. Puedes usar una malla de cocina o un filtro de café. Envásalo en potes de cristal oscuro y guárdalo en un lugar fresco y seco para su conservación.
Método lento y frío: Pon la marihuana y el aceite dentro de un bote de cristal y déjalo macerar durante 2 meses. Coloca el bote en un sito sin luz (ésta degrada el THC), pero donde sea susceptible a cambios de temperatura (una buena idea es ponerlo dentro de una caja de cartón y dejarlo al aire libre). Durante este tiempo agítalo cada 3 días.
Transcurridos los 2 meses cuélalo, fíltralo y consérvalo en un lugar fresco, seco y sin luz directa.
* La descarboxilación es una reacción química en la cual un grupo carboxilo es eliminado de un compuesto en forma de CO2. En el caso del cannabis, esta reacción se consigue con el calor y es la que nos permite convertir la forma ácida del THC y el CBD (THC-A y CBD-A) en su forma activa y, por lo tanto, la que nos asegura sus propiedades medicinales.
El aceite elaborado en frío se conserva mejor. Sin embargo, al no haberle aplicado calor no hay descarboxilación. Siendo así, este proceso no asegura que todos los cannabinoides estén en su forma activa. En consecuencia, el efecto del aceite elaborado en frío será más suave.
Dosificación: Lo más recomendable es empezar con una dosis muy baja e ir comprobando gradualmente la tolerancia al extracto y sus resultados. Este tipo de aceites no son tan concentrados como pueden serlo los extractos con otros disolventes. La dosis puede oscilar entre las 6 y las 45 gotas diarias (repartidas en 3 tomas diarias), dependiendo de cada persona, de la variedad de la planta y de la cantidad de sus principios activos.
Tinturas de cannabis
Las tinturas o extractos en alcohol son un método de extracción en el cual los principios activos se extraen macerando el material vegetal en alcohol. Estos extractos son más potentes que los que se realizan con aceite, pues el alcohol extrae los principios activos con más facilidad. Para nuestra tintura de cannabis utilizaremos un alcohol de vino 96°; aunque también podría emplearse cualquier alcohol alimentario de alta graduación, o incluso alguno de graduación más baja, tipo vodka o aguardiente (40°). Sobre todo asegúrate de que el alcohol que utilizas es alimentario (¡el alcohol sanitario que venden en las farmacias no es apto para consumo!).
Elaboración: Pon la marihuana en un bote de cristal y llénalo de alcohol. Igual que en el caso anterior, necesitarás unos 10g de hierba por cada 100ml. Déjalo macerar durante 30-40 días, agitándolo de vez en cuando y sin que reciba luz directa.
Transcurrido este tiempo, cuélalo y fíltralo. En este punto tienes la opción de dejarlo evaporar para obtener un aceite más concentrado (destápalo y deja que se evapore, por ejemplo, en un 50% de su volumen); o pasar directamente al envasado. Una ventaja de las tinturas es que se pueden dejar evaporar y hacer las concentraciones al gusto. Para su conservación envásalo en botes de cristal oscuro y guárdalos en un lugar fresco y seco. Los extractos con alcohol se conservan mejor que los de aceite y pueden almacenarse durante años.
En este caso, al no haber calor inducido, tampoco es posible asegurar que todos los cannabinoides estén en su forma activa.
Dosificación: Igual que en el caso anterior, lo más recomendable es empezar con una dosis muy baja (por ejemplo, una gota por la mañana y dos por la noche) e ir aumentando gradualmente hasta encontrar la dosis más adecuada. Cada persona tiene una tolerancia diferente y cada planta es distinta. La tintura se injiere diluida en agua, también puede administrarse una gota debajo de la lengua, aunque para muchos ésto puede resultar demasiado fuerte.
Aceite puro de cannabis
Este tipo de aceite ganó muchísima popularidad a raíz de Rick Simpson y su documental “Run from de Cure”, donde aseguraba haberse curado de un cáncer de piel, entre otras enfermedades, con este aceite. La fórmula de Rick utiliza éter de petróleo (nafta o bencina) como disolvente para extraer los principios activos del cannabis. Nosotros, preferimos utilizar alcohol puro, ya que, a pesar de que durante la elaboración la nafta se evapora completamente, ésta deja residuos en el aceite que pueden ser tóxicos al ser ingeridos regularmente en altas concentraciones.
Precauciones: En ésta elaboración se aplica calor a una substancia inflamable. Existe peligro de explosión e incendio, y los vapores resultantes pueden resultar nocivos. Por favor, sigue los siguientes consejos:
Desinfecta el área de trabajo. El aceite de cannabis se injiere, por lo que queremos obtener un producto seguro y sin impurezas.
Ventila. Abre las ventanas, que corra el aire. Procura no respirar los gases directamente. No es una mala idea hacerlo al aire libre.
Nunca te arriesgues a que el disolvente pueda entrar en contacto con el fuego. Utiliza una cocina eléctrica o de inducción, ya que la llama también puede incendiar los vapores.
Concéntrate. Este proceso tiene su tiempo. Tenlo en cuenta y ponte a ello solo si dispones del tiempo suficiente, sin distracciones.
Dicho esto, no te asustes. Elaborar aceite de cannabis es relativamente sencillo y si procedes de modo seguro no hay por qué temer.
Elaboración:
Fase 1. Pon la marihuana en un recipiente, añade alcohol hasta cubrir (ten en cuenta que por cada 30g de hierba obtendrás entre 2-4g de aceite) y dale vueltas con una espátula de plástico o silicona durante 3 min. Tras este tiempo, gran parte de los cannabinoides ya han pasado al alcohol; cuélalo y fíltralo (incluso un par de veces) para retirar todo el material vegetal. Puedes repetir este proceso una segunda vez (poner la misma marihuana en alcohol durante 3 min.) para extraer el máximo de principios activos.
Fase 2. A continuación aplicaremos calor al acohol, ten cuidado. Para este paso necesitarás una olla arrocera, un destilador, o una olla doble; para evaporar el alcohol. Nosotros optamos por una olla doble. Si no dispones de una en casa, también puedes calentarlo al baño maría*. Llena con agua la parte inferior de la olla doble, y con el alcohol (ya filtrado) la parte superior; y llévalo a ebullición. Cuando veas que el alcohol empieza a burbujear apaga el fuego inmediatamente, así evitarás llevarte por delante todas las propiedades medicinales. El calor residual del agua hará el resto y el alcohol se irá evaporando lentamente. Si el alcohol deja de burbujear pero todavía sigue líquido, ponlo a fuego bajo hasta que vuelva a hervir.
Fase 3. Tu aceite estará listo cuando las burbujas hayan desaparecido y el líquido tenga una consistencia densa. Coge una pequeña muestra del aceite resultante con la punta de un cuchillo y préndele fuego con un mechero. Si el aceite no hace llama significa que el alcohol se ha evaporado completamente: ya lo tienes. Aprovecha mientras todavía está caliente para almacenar el aceite en jeringas de plástico. Para su conservación guárdalas en un lugar fresco y seco, sin luz directa (como una caja de cartón dentro de la nevera). Conservado correctamente debería aguantarte entre 6 y 12 meses perfectamente.
Un truco: Si te han quedado residuos de aceite en la olla imposibles de recolectar, agrega aceite de coco o aceite de oliva mientras todavía está caliente. Obtendrás un aceite de cannabis de menor concentración, perfecto para dosis más suaves o para uso tópico.
* (La olla doble y el baño maría funcionan del mismo modo. Sin embargo, la primera es más segura. Si calientas el alcohol al baño maría hazlo bajo tu responsabilidad. Utiliza los instrumentos adecuados, asegúrate de poner suficiente agua y deja un mínimo de 10cm entre el recipiente superior y el fondo de la olla inferior. Nunca hagas un baño maría al horno).
Dosificación: Este aceite de cannabis es altamente concentrado. La dosis para iniciarse se corresponde con una gota del tamaño de medio grano de arroz (al día), ya que es muy potente. Con el tiempo puede aumentarse al tamaño de un grano de arroz. Del mismo modo que las tinturas y los extractos con base de aceite, los aceites puros pueden administrarse por vía oral o tópica. De administrarse por vía tópica se recomienda diluirlo en un aceite vegetal (oliva, almendras, coco...).
Posibles usos medicinales del aceite de cannabis
Advertencia: A pesar de que de que existen evidencias de que los principios activos del cannabis pueden aliviar una gran cantidad de dolencias, no está científicamente probado que el cannabis cure ninguna enfermedad. Eso se debe a que la situación legal de la marihuana obstruye considerablemente sus estudios clínicos. En cuanto al cáncer, la evidencia preclínica ha probado que, en determinadas circunstancias, los cannabinoides pueden inhibir el desarrollo de células cancerosas. Debido a estos emocionantes resultados, actualmente esta cuestión se está estudiando en países de todo el mundo. Sin embargo, todavía no existe ninguna evidencia clínica que pruebe que el cannabis sea un tratamiento eficaz en el cáncer en humanos. Ten cuidado con las afirmaciones que aseguran que el aceite de cannabis puede curarlo todo.
En Santyerbasi no somos médicos. En Santyerbasi simplemente somos entusiastas de la marihuana, esta planta mágica, llena de misterios y posibilidades que lleva miles de años asombrando a la humanidad. Nosotros reunimos la información y la ponemos al alcance de quien esté interesado y a su propia interpretación. Los aceites aquí mencionados están considerados medicina alternativa, nosotros no recomendamos ni instamos a nadie a este tipo de tratamientos. Hay que vigilar con el uso del aceite de cannabis, con las cantidades y con las condiciones en que se utiliza. Éstos no sustituyen un apropiado tratamiento médico. Ponte en contacto con un profesional antes de empezar cualquier tratamiento, sobre todo si ya estás tomando medicación.
Dicho esto, estas son algunas de la enfermedades para las que los aceites de cannabis pueden proporcionar alivio:
Ansiedad, asma, cáncer, dolores de cabeza, dolores crónicos, dolor en las articulaciones, dolor neuropático, enfermedad de Crohn, epilepsia y convulsiones, esclerosis múltiple, espasmos musculares, estrés, falta de apetito, fibromialgia, glaucoma, insomnio, linfoma de Hodgkin, migrañas, náuseas de la quimioterapia, osteoporosis, parkinson, síndrome de Dravel, TEPT (trastorno de estrés postraumático).
Por vía externa (tópica), también pueden resultar útiles en tratamientos de artritis, cáncer de piel, quemadas, cicatrices, dolores musculares, dolores articulares, reuma, entre otros; debido a sus propiedades antiinflamatorias y calmantes.
Variedades con alto contenido en CBD
Estas son algunas de las variedades de marihuana con alto contenido en CBD, el cannabinoide con más propiedades antitumorales, analgésicas y antiinflamatorias:
Amnesia CBD, CBD Jam, Critical Mass CBD, CBD Mango Haze, Moby Dick, Bubba Kush CBD, Critical CBD, Clemenvilla Kush, Griega, la Moreneta, Pepiberry, One to One, Sonic Screwdriver, Shark Shock CBD ...
La gama medicinal es muy extensa. Identifica las dolencias que quieras aliviar e infórmate sobre qué variedad es la que se adecua más.
Fuentes
BREVE GUÍA DE USO DE LA CANNABIS MEDICINAL
EVOLUCIÓN QUÍMICA DE UN NUEVO MEDICAMENTO DERIVADO DEL CANNABIS
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Depende de la cantidad de aceite que quieras sacar. En general como medida se suele llenar el tarro al máximo con flores y luego añadir el aceite. De esta forma si te sale muy concentrado sólo tendrás que diluirlo para suavizar su potencia.
Un saludo
Mi consejo es que lo hagas, pues la descarboxilación activa propiedades que de otra forma no se traspasarían al aceite.
Saludos